Cursos de Verano de la Universidad Complutense EL ESCORIAL
Directora de Actividades Culturales
Leticia Espinosa de los Monteros en el año 1988 entró a formar parte de la organización de los recién iniciados Cursos de Verano que la Universidad Complutense organiza anualmente en San Lorenzo de El Escorial, Madrid.
Se trataba de una experiencia inédita en España, al ofrecer un extenso programa de cursos sobre las más variadas disciplinas científicas, culturales y sociales. Impartidos por relevantes personalidades nacionales e internacionales de cada materia, iban dirigidos a todas aquellas personas interesadas en ampliar conocimientos, con el valor añadido proporcionado por la cercanía entre alumno y maestro, todo ello en un entorno singular rodeado de espacios históricos y naturales.
Durante estos años, fue la Directora del Área de Actividades Culturales de estos cursos de verano, que como complemento de las actividades puramente lectivas, incluía todo tipo de manifestaciones escénicas, como conciertos de música clásica y popular, representaciones de danza, flamenco y teatro, ciclos de cine, recitales literarios, coloquios y otras relacionadas con temas sociales de actualidad.
La puesta en marcha de los Talleres de Creación Artística, fue una aportación importante como experiencia didáctica al establecerse una intensa relación alumno – maestro en la producción de un proceso creativo.
Si bien resultaría tediosa la enumeración de grandes nombres de la cultura y la sociedad que participaron en estas actividades, algunos de ellos ilustran claramente la relevancia de estas: Mstislav Rostropovich, Alicia de Larrocha, Teresa Berganza, Paul Badura Skoda, Renata Scotto, Alfredo Kraus, Eduardo Arroyo, Gordillo, Pérez Villalta, Cristina García Rodero Sebastiao Salgado, Nuria Espert, Lluis Pasqual, Carlos Saura, Fernando Fernán Gómez, Joaquin Berau, Tomatio, Sara Baras, Alicia Alonso, Chavela Vargas, Amalia Rodrigues, u Oliver Stone, son solo algunos de los nombres que durante esos años formaron parte del ilustre elenco de celebridades que participaron en las actividades que diariamente se ofrecían.
La fórmula constituyó un éxito desde la primera edición. La conjunción del rigor académico de las aulas con una oferta lúdica cultural, utilizando espacios históricos como la Basílica y el Patio de Coches del Real Monasterio o el Real Coliseo Carlos III, hicieron de los Cursos de Verano una cita ineludible y de San Lorenzo de El Escorial una referencia en la geografía cultural española. No en vano, han sido muchas las universidades que posteriormente han puesto en marcha iniciativas similares.
